Es realmente increíble pensar que los distintos tipos de Té vienen de la misma planta. La Camellia Sinensis. Recordemos que llamamos Té a la infusión de la Camellia Sinensis que ha pasado por un proceso de transformación. El proceso determina si es té blanco, té verde, té negro, oolong o té oscuro.
A continuación te contamos un poco sobre los tres tipos de té más comunes: el té blanco, el té verde y el té negro. Recuerda al comprar tu té en hebras siempre preguntar sobre el origen y el momento de cosecha. Busca siempre plantas que provengan de lugares conscientes con su entorno.
Té Blanco
Podríamos decir que el Té Blanco es la forma más pura de tomar la planta. Originalmente se cosechaban únicamente en primavera los capullos (las hojas más jóvenes que aún están por nacer) y se dejaban secar al aire. Este delicado té blanco lo puedes encontrar como Agujas de Plata. Aún existen Jardines de Té dónde se sigue practicando este meticuloso método de cosecha y transformación.
Hoy en día los procesos para llegar al té blanco son más amplios. Se cosechan hojas jóvenes pero se incluyen también algunas que ya han abierto. Puede ser Capullos, o capullo y una hoja, o capullo y dos hojas. La cosecha se hace a lo largo del año. Los métodos de secado son al aire, o con ventiladores, y a veces algo de calor hasta a 45 grados. El Té Blanco más común lo encontrarás como Pai Mu Dan.
Té Verde
En los últimos años ha aumentado el consumo del Té Verde por múltiples investigaciones alrededor de sus virtudes y beneficios. Lo que lo caracteriza es que es un té con mínima oxidación gracias a su proceso. Existen miles de tés verdes en el mundo. Lo que los reúne bajo una misma categoría es que apenas se cosechan se llevan directamente a un espacio a que la hoja esté en contacto con calor, ya sea con vapor o calor directo, para frenar la oxidación de la hoja.
Algunos de los Tés Verdes más reconocidos son: Matcha, Sencha, Bancha, Gyokuro, Gunpowder, Dragonwell… Es increíble como pueden ser tan diferentes, habiendo pasado por procesos similares. Sin embargo, el terruño, la forma de cosecha, la forma de transferencia de calor tanto en el frenas de la oxidación como en el secado, la forma de enrollado; todas estas variables determinan el perfil sensorial y energético de un Té.
Té Negro
El Té Negro es un clásico. Es el primer tipo de Té que llegó a occidente a través de los navíos holandeses. En China lo consideraban un té que se había quemado y por eso lo vendían. Era además el Té mejor aguantaba viajes. En Europa empezó a ser consumido como medicina. En Francia lo combinaron con leche y azúcar, para evitar la astringencia y amargor, y esta bebida se empezó a popularizar. En el Reino Unido la Monarquía lo adoptó como ritual diario con el tradicional Té Inglés de las 5pm y luego se popularizó a todas las clases sociales.
Lo que caracteriza al Té Negro es que la hoja pasa por un proceso más extendido de oxidación. La cosecha, idealmente de dos hojas y un capullo, se lleva a camas de marchitación donde se masajean las hojas y entran en contacto con el oxígeno y se empiezan a oxidar. Una vez llegan a un estado ideal pasan a secarse con calor directo y a enrollarse.
Podemos probar Tés Negros Exquisitos originarios de distinas regiones en Sri Lanka, India, China, Colombia, y hasta Japón. En China lo llaman Té Rojo por el color del licor.