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beber y alimentarse

Preparaciones con plantas para beber y alimentarse

Infusión

Para preparar una infusión sumerges la mezcla de hierbas o té en agua caliente entre 70 y 95 grados, la dejas el tiempo indicado (de 3 a 5 minutos). Es ideal para extraer las propiedades de hojas, flores, y algunas frutas. Calcula más o menos una cucharadita por taza.

Para ahondar más en este tema te recomendamos nuestra entrada del blog ¿Cómo preparar una infusión sanadora? Cómo preparar la taza perfecta de Té.

Infusión Fría

Algunas propiedades medicinales de las plantas se pierden con el calor del agua. Se puede preparar una infusión en agua fría usando el doble de hierbas y dejándola de la noche a la mañana sumergida en agua fría o al clima. También es ideal para preparar y refrescar en climas cálidos.

Para ahondar más en este tema te recomendamos nuestra entrada del blog, Bebidas refrescantes y sanas a base de plantas: Aguas frescas y té frío.

Infusión Viva

A veces las propiedades que necesitamos de las plantas están en su savia. Una infusión viva se prepara a partir de la savia y las partes de la planta fresca. Se cosecha la planta al atardecer, ideal en luna llena para que haya mayor cantidad de savia en hojas y ramas. Se cosechan hojas y ramas dependiendo de la planta. Con piedra sobre piedra (puede ser en un mortero liso) se chanca o macera con amor. Una vez los jugos salgan se ponen en un bowl, se juagan con agua caliente las piedras sobre la planta y se cubre de agua hirviendo. Se deja así enfriar y luego se cuela y se le añade agua al clima. Se va tomando esta infusión a lo largo de máximo 3 días.

La infusión no debe recibir luz directa y debe permanecer en un espacio fresco. Para que sea realmente efectiva se debe hacer una dieta consciente.

Decocción

La decocción implica hervir las plantas entre 5 y 20 minutos. Es necesaria para extraer las esencias profundas de sustancias duras como lo son cortezas, semillas, raíces, rizomas, ramas y algunas frutas. Explora la cocción de cada planta para extraer sus esencias sin estropear sus propiedades y sensorialidad.

Jugo

Los zumos extraídos con extractor de frutas y vegetales son purificantes y revitalizantes. Se pueden tomar como jugos, o usar unas gotas y mezclarlas con infusiones o también externamente sobre la piel.

Siempre lava las plantas, frutas y verduras antes. Para maximizar la potencia de sus propiedades los jugos se deben tomar inmediatamente después de haberse extraído.

Fermentos

La poderosa unión entre hierbas y microorganismos puede ser sanadora y sobre todo aportar a nuestra vitalidad en nuestro día a día. Existen muchas preparaciones probióticas que podemos explorar. Desde vinagre de cidra, kombucha, cervezas herbales hasta aguamiel. Este es todo un universo que ha tomado mucha fuerza pero que además hace parte de la alimentación tradicional en muchas culturas ancestrales. Son esenciales en los buenos hábitos de alimentación y cuidado.

Almíbares, Mielatos y Syrups

A través de la historia algunas culturas ancestrales han incorporado en sus fórmulas sanadoras formas de azúcar como la miel, el ghee, la panela, el jugo de caña. Es importante aclarar que el azúcar en general, especialmente si está refinada, es muy dañina. Es mejor consumirla en pequeñas dosis. La razón es que estamos viviendo una epidemia de resistencia a la insulina, alteraciones metabólicas y mucha gente es prediabética sin saberlo.

Antiguamente estos dulces bases eran vehículos para llevar las hierbas al nivel de tejido requerido. Usualmente están vinculadas con los pulmones. La miel es un gran emoliente natural que alivia la garganta y el tejido pulmonar. Se pueden tomar directamente (una cucharadita) o diluirla en una infusión afín.

Se pueden preparar con aceites esenciales usándolos en dosis mínimas o dejando macerar en la base las hierbas maceradas por 3 meses.