i tienes una buena alimentación (comida, bebida, pensamiento, palabra, campo electromagnético) no necesitas de médicos y medicamentos, si no tienes una buena alimentación es cuestión de transformar e integrar hábitos saludables, integrales y holísticos.
El goce es parte de la purificación y la transformación. Hipócrates decía que es mejor tomar un poco de aquello que no te hace bien si de verdad lo que quieres es consumir grandes cantidades de algo saludable que no disfrutas.
La conciencia de nutrirnos, de buscar la vitalidad nos guía en el camino de la purificación.
Empieza limpiando tu dieta: una dieta desinflamatoria apoya el bienestar de hígado, colon, y otros órganos que ayudan diariamente a desintoxicarnos.
- Evita ir a los extremos, el efecto yo-yo de pendular entre hábitos tóxicos a un detox para luego volver a hábitos tóxicos.
- Instaurar nuevos hábitos toma su tiempo, es gradual. Implementa pequeños avances, hasta que se vuelvan hábitos.
- Mejorar la calidad de lo que consumes es más importante que una dieta según el tipo de cuerpo.
- Fortalece tu fuego digestivo para poder tolerar las toxinas que no podemos evitar del mundo.
- El ayuno no es la mejor forma de desintoxicación.
- No añadas estrés adicional, si te sientes débil come y busca siempre conciliar el sueño.
- Para una dieta ligera combina frutas, vegetales, sopas, algo de proteína o combina carbohidratos complejos con legumbres. Observa que los niveles de azúcar se mantengan estables y que la energía aumente.
- Honra el territorio que habitas. Las ensaladas son ideales en climas cálidos, pero difíciles de digerir para quienes vivimos en alta montaña en climas húmedos y fríos. En tal caso es mejor vegetales al vapor o ligeramente salteados.
- Acompaña luego con infusiones de hierbas y té