El Té es la infusión de una planta que se llama Camellia Sinensis. Es increíble pensar que todo el té que tomamos; blanco, verde, negro, oolong, pu-erh, viene de la misma planta que pasa por diferentes procesos.
En su origen, hace más de 5000 años, debió ser realmente el mismo único varietal de planta, sin embargo con los años , debido a la manipulación del hombre, la siembra en diferentes regiones y la misma naturaleza – esta planta, la Camellia Sinensis, ha resultado en cientos de varietales distintos que aportan características organolépticas a los diferentes tipos de té que se hacen con sus hojas.
Existen dos variedades principales de Camellia Sinensis que se usan tradicionalmente para procesar el Té, pero en realidad existen muchas otras que han ido evolucionando a lo largo de la historia conjunta del té y la humanidad. La China, típica de climas fríos y montañosos, presente en Darjeeling (India), China, Japón y Taiwan. La variedad Assamica, se cultiva en regiones tropicales de India, Sri Lanka y Kenia. Sin embargo las dos variedades se han propagado por gran parte del mundo. La Camellia Sinensis ha mostrado su maravillosa habilidad para adaptarse a una diversidad de terruños y condiciones topográficas, geográficas y climatológicas. Esta adaptación se ve reflejada en cientos de formas de procesar el Té y en la diversidad de perfiles sensoriales que una misma planta nos presenta.
Hoy existen más de 500 híbridos principales y posiblemente muchos más que los maestros del arte del Té mantienen secretos.
Origen Ancestral y Místico del Té
La historia de la comunión de la humanidad con esta planta empieza hace más de 5000 años. Lo que realmente se sabe está entre las nubes de mitos y leyendas. Los orígenes del Té pueden estar sobre los bosques de niebla que recorrían los hermitaños Taoistas.
Se dice que uno de ellos, Shennong, fue quien lo identificó. Shennong traduce Agricultor Divino. Dicen que era un hombre, parte humano y parte naturaleza, que entraba a los bosques y al monte a aprender sobre las plantas. Dicen que tenía cuernos, como las cabras, y que vestía una capa de hojas que cambiaba con las estaciones. Shennong podía crear antídotos con su metabolismo y se dice que su estómago se volvía transparente para que el pudiera ver los efectos de las plantas que estudiaba.
Algún día en una de sus caminatas sobre los bosques de niebla, Shennong descubrió el Té accidentalmente tomando agua caliente que había sido infusionada por una hoja de Camellia Sinensis que había caído en su taza. Entró en un trance, sintió las raíces, la sabiduría ancestral y la conexión con todos los seres de la naturaleza.
Existe otra versión en la que Shennong toma un veneno letal que no pudo transformar con su alquimia interna. A punto de morir pide aprender una última lección. Ve un árbol que no conocía, el Té, y toma tres hojas, las masca y medita. Siente como ellas lo limpian y liberan de la toxicidad. Después de oraciones, plegarias y ofrendas se dedica al estudio de esta planta.
Shennong denominó al Té como un elixir de energía, guía principal de todas las plantas medicinales. Llevó semillas y plántulas para propagar este árbol portador de vitalidad y medicina.
Shennong, es un emperador mítico, al que también se le atribuye la medicina herbal, la agricultura y la civilización. Representa la sabiduría ancestral, el conocimiento chamánico que ha trascendido la evolución de la cultura China. Los antiguos sabios y chamanes Taoistas se internaban en los bosques de los himalayas en busca de los árboles de té por sus beneficios espirituales.
El camino del Té se extendió en oriente gracias al budismo Zen. Aunque hoy el té es un ritual social sus características espirituales, aún cuando no se aplican masivamente, no están del todo en el olvido.
La Evolución del Té
El Té es una planta que lleva milenios evolucionando de la mano con la humanidad. Cada taza de Té nos recuerda la intención que tiene la naturaleza de comunicarse con nosotros y nosotros con ella. Además nos ayuda a liberarnos de toxinas en cuerpo, mente y espíritu.
Por miles de años el Té se cultivó y evolucionó de la mano de maestros en las altas montañas de los Himalayas sin que fuera parte del sistema financiero. Nuevos varietales emergieron mostrando nuevas características, sabores, aromas y vitalidad.
Para algunos el té refresca y acompaña, para otros es un hobby o un arte. El Té también es una posibilidad de crear tiempo, de calma, de espacio. Para mi el té es medicina y espiritualidad. Es un estilo de vida, de vivir la belleza del momento presente.
Virtudes y Beneficios del Té
El Té es rico en polifenoles, que son antioxidantes. Tomarlo a diario puede ayudar a:
- Proteger el corazón
- Prevenir el cáncer
- Regular la presión sanguínea
- Combatir síntomas de gripe
- Fortalecer la salud dental y erradicar el mal aliento
- Perder peso
Además de esto es una maravillosa bebida para concentrar la mente. La mayoría de variaciones en la forma de procesar el té verde fueron exploradas por monjes budistas, que lo tomaban no sólo para calentarse y por su valor nutritivo sino porque es una bebida que propicia la meditación. La combinación de teína, que activa, polifenoles, que ayudan a la concentración y taninos que relajan el cuerpo y distensionan, acomodan el espacio interno para entrar en meditación.